Sería bueno que nos diéramos tiempo y ocasión de conocer a los demás ampliamente antes de emitir juicios, y no clasificarlos de un único modo, y además con la pretensión de estar acertados en el veredicto, dejándolos encasillados de forma que no les permitimos que nos muestren otros aspectos.
¿Entiendo que has quedado con el del coche, para conoceros mejor??...
Bueno, es broma, y me alegro mucho que del acontecimiento que te ha ocurrido hayas extrapolado conclusiones más generales respecto al juicio de los demás, sobre lo que sin duda estoy completamente de acuerdo en tu planteamiento.
No obstante, y matizando, son dos cosas diferentes tu reacción, con no juzgar previamente, sin un auténtico conocimiento, a los demás. Como también me parecen cosas diferentes el tener suficiente conocimiento del prójimo antes de juzgar, respecto a no juzgar en absoluto, sea cual sea el conocimiento del que dispongamos.
La situación ocurrida es muy difícil que no vuelva a repetirse, dado que no se produce en el salón de tu casa, con unos refrescos sobre la mesa del salón. El organismo percibe que su propia existencia corre peligro y,en consecuencia, reacciona defendiéndose de lo que se supone un ataque a la supervivencia. Dada la situación, le insultas. Si bien se ven -conduciendo- reacciones más conductuales de defensa ataque, que simplemente insultar y que te suba la adrenalina. Algunos frenan o maniobran, como provocando un auténtico ataque al "adversario".
Pero además de percibir estos actos como amenazas a la propia vida, también hay en muchos casos la simple reacción del ego, al que le fastidia que haya otro conductor que "gane" la situación, tal vez con más pericia o con un coche más potente.
Ésto sí que ya es cosa de cada uno analizar qué es lo que, en el fondo y de verdad, ha provocado una reacción como la tuya, Francisco, insultar al otro.
El caso límite, que siempre tengo como referente de punto máximo, aunque inalcanzable para mi llegar a él, es el mismo Cristo, en lo que se refiere a reaccionar frente al peligro para propio organismo. Tras el largo sufrimiento que le llevó a la cruz, y antes de agonizar, decía al Padre que los perdonara, que no sabía lo que hacían. Increíble, de verdad.....
No me extiendo respecto a conocer más al pròjimo antes de juzgar, porque creo que ni siquiera conociéndolo deberíamos practicar el juzgar. Y por otra parte, porque superar en próximas ocasiones la situación que has vivido, entiendo que representaría el aprendizaje de una gran lección, por comprensión, tolerancia e incluso humildad si me apuras, pudiendo ser por tanto un gran tema por sí mismo.
Un saludo y gracias por compartir.