CONVIERTE AL MIEDO EN TU ALIADO
Mar Cantero Sánchez
Escritora y coach personal y creativa. Articulista también en COSMOPOLITAN, Psicología Práctica,www.piensaesgratis.com, y On Boutique. Creadora y directora de talleres literarios y de crecimiento personal a través de la escritura. Mar Cantero Sánchez.www.marcanterosanchez.com
¿Sabes lo que el miedo es capaz de provocar en ti? El temor puede cambiar por completo a una persona y convertirla en otra muy distinta, pero hay una forma de evitarlo. ¿Quieres conocerla?
Estos días hemos podido volver a ver la película “Lo imposible”, dirigida por Juan Antonio Bayona, en la que se narra la historia real de una familia superviviente del tsunami que ocurrió en Tailandia en el 2004. María Belón, interpretada magistralmente por Naomi Watts, fue una de las protagonistas de esta historia de supervivencia y solidaridad que nos ha emocionado a todos. Pero también fue ella quien, en una entrevista, habló de la reacción que vio en algunas personas, bastante contraria a esa humanidad que todos esperamos o creemos que existe en momentos así, cuando la gente se debate entre la vida y la muerte. María habló en concreto de una mujer que se negó a ayudar a otra y le contestó visiblemente enfadada, yo diría que más bien alterada, seguramente por la terrible situación.
No todos somos capaces de responder de la mejor manera en momentos cruciales de nuestra vida. Según María Belón, fue miedo lo que vio tras el egoísmo de aquella mujer. Y mientras la escuchaba contarlo en televisión, yo me preguntaba cuántas veces vemos ese miedo tras el egoísmo, en muchos otros momentos de la vida, más cotidianos pero que al fin y al cabo, son los que conforman el día a día.
¿Qué ocurre cuando tenemos miedo? ¿Nos volvemos insensibles? No, todo lo contrario. El miedo aumenta las sensaciones y ayuda a desbordar las emociones. Estas se descontrolan de una manera extrema cuando el temor nos acecha. Pero no hace falta estar entre la vida y la muerte para que ocurra esto. Puede pasarnos también por culpa del estrés diario, las prisas, la incertidumbre ante los cambios o fases de la misma vida, etc. Puede que nos mostremos egoístas ante un hecho que no queremos que forme parte de nuestra vida, como la muerte repentina de alguien cercano, una desgracia o un accidente, o simplemente ante la idea de sobrevivir. Y es que las personas sobrevivimos cada día. Algunas, se debaten en esa supervivencia casi continuamente. No hace falta que el tsunami sea real, hay muchos pequeños tsunamis simbólicos que sentimos dentro de nosotros, como si fuesen auténticos ataques de la naturaleza.
Párate a pensar en cuántas personas se sienten desamparadas y solas, como se sintió María Belón al salir del agua y respirar por fin el oxígeno que le faltaba. No es fácil tampoco lidiar con el día a día de algunas personas que nadan a contracorriente sin darse cuenta. E incluso tú mismo, ¿no te ocurre a veces que te sientes parado ante el abismo? El miedo nos acompaña como una amenaza en muchos momentos de nuestra vida, por eso, es inútil esperar a que desaparezca o intentar evitarlo. Lo único que puede ayudarnos a seguir caminando a pesar del temor, es cogerlo de la mano, convertirlo en tu aliado y caminar con él como acompañante. Es como decirle al miedo: ¡Está bien, si vas a seguir ahí, tendrás que hacer lo que yo quiera!
En mis talleres de Terapia con escritura y en mi libro “Escribe para ser feliz”, hay un ejercicio que siempre propongo a mis alumnos y es escribir contestando a esta pregunta: ¿Qué harías si no tuvieras miedo? Te aseguro que las respuestas siempre son sorprendentes y libera mucho saber cómo sería nuestra vida sin miedo. La vida puede cambiar mucho cuando somos nosotros los que dirigimos nuestros pasos. Si dejamos que sea el miedo quien dirija nuestra vida, y no nosotros, esta ya no nos pertenece y es algo que no podemos permitir. Yo aprendí esto, tras muchos años de permitir que el miedo dirigiese mi vida. Ahora ya no se lo permito. Y, ¿sabes lo más curioso? Que sigo teniendo miedo. Sí, pero aún con temor, camino y decido por mí misma y no según las emociones desbordadas por el temor que siento.
Y tú, ¿vas a dejar que el miedo siga dirigiendo tu vida? ¿O vas a ser tú, a partir de ahora, quien coja las riendas? Cuéntanoslo, nos interesa.