Cuando uno quisiera estar
en cierto instante del pasado,
o recorrer nuevamente
aquel paseo irrepetible,
o estancarse indefinidamente
en la edad mágica que ya pasó
y acurrucarse en los brazos hoy ausentes,
besar la boca ya lejana,
corretear aquel campo o aquella plazuela,
retornar a las caricias de la abuela,
volver -a donde sea-,
estar -donde es imposible-,
sentir aquella misma emoción,
y nada de ello se puede realizar,
ese sentimiento que queda…
esa lágrima en el deseo…
es y se llama…
nostalgia.