Jamás podré perdonarle al tiempo
su prisa
su dictadura
su irrepetibilidad
su poca exigencia de llenarse de cosas buenas.
Jamás podré perdonarle a la vida
que sean breves sus buenos momentos
que no reclame mi atención constante
que sea esclava del tiempo
que pierda la batalla con la muerte.
Jamás podré perdonarme
mi desatención a la vida
mi derroche de la vida
mi pobreza de vida
mi falta de vida.