Cuántos sueños, cuántas realidades, cuántas visiones, cuántos deseos se pueden llegar a tener desde que ya empiezas a tener la edad suficiente, hasta que vas llegando a la verdadera madurez y te das cuenta de todo lo que has tenido que recorrer y lo que aún te queda por recorrer y aprender, y de todos ellos aprendes a tener la serenidad suficiente para mostrarte tal y como eres cada día, con más confianza y seguridad; que es el momento bello para estar y no querer retroceder nunca, porque con todo lo que has ido aportando has crecido has evolucionado y has estado.
Cuántos caminos recorridos con mucho miedo, cuántas equivocaciones, cuántos errores, pero cuántas levantadas con una sonrisa porque sabes que es grande hacerlo, porque cada vez que lo has hecho te has conocido más y has visto resurgir de donde no creías tu coraje y tu luz; has tenido que remover todo para conseguir calmarte y dar la vuelta a aquello que nunca tendrá más sentido que el que tú le quieras dar, pero de cada camino, de cada espina, de cada fallecimiento, te has visto resguardada por la luz que llevas dentro y te has dado cuenta que siempre hay personas suficientes que saben estar sin tener que hacer la prueba del algodón, porque el que siempre ha estado, lo estará a pesar del tiempo y el espacio, y el que nunca lo ha estado se irá como el viento y hará daño pero su huella desaparecerá con el tiempo, porque la belleza de esta vida es que te va mostrando las cosas y con dolor averiguas hasta donde puedes llegar, pero no quieras saber nunca hasta qué extremo.
Cuántas piedras, montañas, espinas, huecos, se van dejando atrás, todos superados porque siempre se tiene el ansia de poder hacerlo y, a cambio, cuántas puertas, ventanas, flores, y senderos vas creando para ti y los que te rodean sin ponerlos en una burbuja que no se rompa, y muestras que la vida hay que valorarla, hay que vivirla dignamente, hay que saber estar en ella, aportando siempre lo mejor de ti y no dejándote arrastrar por aquello que no merece la pena, porque hundirte es fácil, lo difícil es saberse mantener en la realidad sin evitar los tropiezos pero siempre abordando los mares para no quebrarte y seguir caminando con fuerza y coraje, porque tú vales mucho más que lo que te pasa, porque tus dones son grandes y merecen la pena, porque aprendes, evolucionas y sabes que el sol sale cada día, y que es tu lucha, y de nadie más, y a través de ella llegas a lo más profundo de los corazones aunque nunca entenderás ciertas cosas, pero no las justificaras sino que harás posible lo imposible mostrando no tu cara mala, sino la buena, para que puedas mirar a los ojos y sentir con el corazón, y no ocultarte bajo falsas murallas que se crean aquellos que no creen en nada solo en su ombligo y se pierden el mundo de las comparaciones y envidias.
Cuántas guerras empezadas y no acabadas por la impotencia del ser humano de entenderse, por dar importancia a aquello que nunca lo tendrá, pues vale más la vida de un ser vivo que la de unas tierras por fronteras, o por dinero, o por todo el oro del mundo, porque las guerras solo muestran la falta de sabiduría para saber estar y ser, solo contempla la falta de entendimiento, la falta de tolerancia, las creencias absurdas del poder que solo llevan a la corrupción y a la falsedad de aquellos que no entienden que no hay más poder que el que da lo mejor para el bien de los que le rodean, pero no para beneficio suyo, y cuánta hipocresía perdida para no llegar a ninguna parte, porque en las guerras, y en las injusticias, se pierde siempre, no gana nadie porque se pierde la vida, se pierde el respeto, se pierde la tolerancia , se pierde el amor, se destruye la naturaleza, se convierte todo en un caos en el que no hay ganadores ni perdedores, son la muestra de que a los seres humanos nos queda mucho por aprender y por avanzar.
Cuántas cosas hay bellas, cuántas cosas que merecen la pena, cuántas cosas somos capaces de hacer cuando miramos con los ojos del corazón, cuando realmente sabemos el rumbo, cuando no actuamos por el que dirán o dejan de decir, cuando realmente nos preocupa lo que estamos haciendo, cuando en pocas palabras somos lo que somos y queremos seguir avanzando. Cuántos, cuántos, cuántas, y siempre tendremos la oportunidad para mejorarlo y eso es lo grande y bello.
Y hoy lo hacemos, lo intentamos, lo conseguimos, y el rumbo empieza desde donde lo hemos dejado, y eso es algo que nos hace ser especiales.
EstheR., sé feliz.
Esther Sánchez Orantos
