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 LOS MIEDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL



Febrero 17, 2016, 05:20:38 am
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Desconectado Francisco de Sales

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LOS MIEDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL
« en: Febrero 17, 2016, 05:20:38 am »
LOS MIEDOS EN EL PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL


En mi opinión, los miedos son, sin duda, los poderosos frenos, la base de casi todos nuestros desaciertos y paralizaciones, una de las mayores preocupaciones a las que nos enfrentamos –aunque muchas veces actúen de un modo encubierto-, un muy importante y grave condicionante, y un lastre que grava nuestra vida y contamina nuestras decisiones.

Su poder en la sombra es abrumador.

Deshacerse de los miedos, tarea nada fácil, nos despojaría de un peso insoportable y nos abriría las puertas grandes de la esperanza y del mejor estar y vivir.

A los miedos no se les debe tener miedo. Parece una idea simple, pero en realidad es una frase profunda. Si se comprendiera perfectamente, si se sintiera en el corazón con toda su verdad, si se aceptara conscientemente, se puede garantizar que cambiaría el modo de enfrentarse a la vida, libres de los pre-juicios e inseguridades que ellos nos inculcan.

Su influencia es abusiva, y el poder que le otorgamos es tal que condiciona absolutamente nuestro presente y nuestro futuro, o sea, toda nuestra vida.

Si lo observamos con mirada atenta, veremos que se encuentran, de un modo u otro, en casi todas nuestras decisiones significativas.

Tenemos miedo a perder el trabajo, el amor de los otros, a no acertar en las decisiones, a no saber comportarnos adecuadamente, al futuro, a nuestro carácter, a la muerte o a la vida, a que el pasado condicione el presente, a quedarnos sin salud o sin dinero, a ir al dentista, a la vejez…

Es cierto que cometemos el error de adjudicar la palabra miedo a situaciones que en realidad lo que nos producen es fastidio –como ir al dentista, por ejemplo- pero el fastidio es poco más que una desgana y no es miedo. En cambio, uno afirma “me da miedo ir al dentista” y le añade un agravio innecesario al hecho de ir al dentista –con lo cual va pre-dispuesto a pasárselo mal-, y añade otro miedo a su colección de miedos.

“Tengo miedo a la muerte”. No se puede tener miedo a la muerte porque no se sabe por experiencia propia qué es. Es más posible que se trate de que no le apetezca a uno morir, porque eso implica dejar de vivir, o puede ser que no quiera tener una muerte violenta, pero eso no es tener miedo a la muerte. Eso es tener desgana del dolor que se padecería antes de la muerte.

Muchísimas decisiones las tomamos condicionados por esos miedos irreales que sólo existen en la imaginación y sólo son una idea preconcebida a la que le otorgamos el poder de afectarnos grave e innecesariamente.

Actuamos desde el miedo y sin ser conscientes de que es el miedo quien nos gobierna.

Así que nos callamos por miedo a que nos despidan, renunciamos a nuestros derechos o nuestra dignidad por miedo a perder el amor o la atención de los otros, tomamos una decisión neutral porque nos da miedo tomar la que realmente nos apetece, renunciamos a nuestros deseos por miedo a que eso pueda repercutir en nuestro futuro, o no nos reímos todo lo que quisiéramos por miedo a que nos llamen idiotas.
Vamos pasando la vida sin darnos cuenta de que estamos en manos del miedo.

Y todo ello por no pararnos un momento y hacernos la gran pregunta: ¿Y qué pasa si me sublevo?

Mis miedos no pueden ser más fuertes que yo porque ellos no existen y yo sí. Porque no tienen entidad, son una idea, y yo sí existo y yo tengo el poder de permitirlos o no. Son, simplemente, ideas pesimistas que vagan por la cabeza a las que, no sé por qué, les hemos dado un poder que utilizan mal, y se han convertido en tiranos opresores, en las zancadillas perpetuas, y en el enemigo en casa.

Enfrentarse a los miedos desde la serenidad y la asertividad, desmenuzándolos y desmontándolos, despojándolos de ese aire funesto de supremacía, es el principio de una época libre de su yugo y su influencia.

A los miedos no se les debe tener miedo.

Quien esté en un Proceso de Desarrollo Personal, quien tenga la búsqueda de la verdad por bandera y el propósito firme de deshacerse de todos los impedimentos que le impiden ser él mismo, comprobará con claridad que se basan en pre-juicios pesimistas injustificados.

Que son un obstáculo.

Que no convienen.

Que interesa deshacerse de ellos.

Y que es una tarea del todo recomendable.


Te dejo con tus reflexiones…


 

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