¿CÓMO MEJORAR NUESTRA COMUNICACIÓN?
Una buena comunicación nos acerca a las personas que nos importan, nos ayuda a solucionar los problemas y nos enriquece la vida.
¿Estás satisfecho con tus relaciones?
¿Cómo te quieres relacionar?
“Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar”.
Marie de Raburin-Chantal, marquesa de Sévigné (escritora francesa).
ESTA SECCIÓN TE AYUDA A:
1.- Conocer las bases para expresarte adecuadamente.
2.- Conocer los obstáculos de una buena comunicación.
3.- Saber qué hacer.
LA DIFERENCIA ENTRE HABLAR Y COMUNICARSE.
Con frecuencia creemos que nos expresamos con toda claridad y nos asombramos cuando la gente responde de una manera distinta a lo que esperamos.
¿Qué sucede?
Nuestras palabras, silencios y actitudes tienen consecuencias a corto, mediano y largo plazo, nos demos cuenta de ello o no.
Para poder expresar algo y tener la probabilidad de obtener los resultados que deseamos, es importante que nos preguntemos:
¿Qué es lo que realmente quiero decir?
¿Para qué lo quiero decir?
¿Cómo lo estoy diciendo?
¿Lo estoy diciendo en el momento y lugar adecuado?
1.- ¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE QUIERO DECIR?
En ocasiones nos es difícil hablar de ciertos temas, porque nos provocan malestar, tristeza, vergüenza, enojo, etc.
En estos casos tendemos a insinuar, a brincar de un tema a otro o a hablar en forma poco clara, esperando que el otro interprete nuestras palabras, con el significado que nosotros queremos.
La otra persona no es adivina.
Si nosotros no lo decimos con claridad, ella puede interpretar equivocadamente.
2.- ¿PARA QUÉ LO QUIERO DECIR?
Es diferente compartir algo importante para mí, que expresar una molestia.
No es igual pedir algo que atacar al otro.
Es distinto utilizar la comunicación para conocer a la otra persona, que simplemente para llenar un espacio vacio.
Es importante tener claro que espero de la otra persona y saber si ella me lo puede dar.
No todos tenemos la misma capacidad para escuchar, ayudar, comprender, etc.
Si nos dirigimos a la persona equivocada, el error es nuestro, no de ella.
Nadie puede dar lo que en ese momento no tiene.
3.- ¿CÓMO LO ESTOY DICIENDO?
Si hablamos en primera persona, expresando lo que sentimos y deseamos, tenemos mayores probabilidades de ser escuchados.
Si atacamos, empezando nuestras oraciones con "TÚ…", muy probablemente la otra persona se sienta atacada y busque como contraatacar.
4.- ¿LO ESTOY DICIENDO EN EL MOMENTO Y LUGAR ADECUADO?
Una comunicación importante y personal, necesita de tiempo y de un espacio adecuado. Generalmente en privado.
¿Harías el amor con tu pareja en mitad de una cena, camino de una reunión o antes de entrar al cine?
Entonces por qué hablar de cosas importantes en esos lugares o en otras ocasiones similares.
Pero tampoco permitas que pase tanto tiempo, que ya no se hable de ello y que "se olvide".
OBSTÁCULOS DE LA COMUNICACIÓN.
Entre los principales obstáculos encontramos:
No saber escuchar.
Falta de respeto por la otra persona.
Etiquetar a la persona.
Problemas anteriores, no resueltos.
Demasiada tensión o enojo.
Experiencias pasadas, dolorosas, relacionadas con el intento de comunicarse.
Miedo a exponerse.
Pensar que el esfuerzo no va a servir de nada.
Falta de claridad para detectar nuestros sentimientos, pensamientos y deseos.
Falso orgullo.
NO SABER ESCUCHAR.
Comunicarse adecuadamente es una responsabilidad de dos: el que habla y el que escucha.
Más que oír las palabras o sonidos, saber escuchar significa:
Entender lo que la persona me quiere decir.
Ayudarle a expresar sus sentimientos e ideas.
Mostrar el respeto y aceptación por lo que dice, aún si no estamos de acuerdo.
Aceptamos a la persona y sus diferencias, pero expresamos con respeto, nuestro desacuerdo.
Cuando sabemos escuchar, podemos:
Resolver conflictos y diferencias.
Evitar malas interpretaciones.
Demostrar nuestro respeto por la persona que habla.
Aprender de lo que escuchamos.
Evitar perder el tiempo.
Para escuchar bien, es necesario:
Poner atención, mirar a los ojos de la persona que habla y mostrarle con nuestros gestos y expresión que lo estamos escuchando.
No pensar en otras cosas o en lo que queremos responder.
No interrumpir.
Preguntar siempre que tengamos alguna duda, respecto a lo que nos están diciendo.
No reaccionar ante los desacuerdos. Esperar a que la otra persona acabe de hablar, para contestar.
FALTA DE RESPETO POR LA OTRA PERSONA.
Cuando no respetamos o aceptamos al otro, no le damos importancia a sus opiniones y sentimientos.
Nos burlamos, lo ignoramos, platicamos lo que nos cuenta, etc.
Esta actitud trae consecuencias que quizás nos molesten. Pero nosotros lo estamos propiciando.
Recuerda que cada persona es diferente y tenemos que aceptar y respetar esas diferencias.
La otra persona tiene el mismo derecho que nosotros a pensar y sentir de manera diferente.
Sin embargo respetar no quiere decir estar de acuerdo.
ETIQUETAR A LA PERSONA.
Cuando calificamos a alguien de determinada manera y nos formamos una imagen de acuerdo a esa calificación (la etiquetamos), ya no la vemos, ni la escuchamos.
Actuamos de acuerdo a la etiqueta.
PROBLEMAS ANTERIORES, NO RESUELTOS.
Si estamos enojados, resentidos, etc., con una persona, por situaciones del pasado, estos sentimientos impiden que le prestemos atención a lo que nos quiere decir en el presente.
Cualquier palabra o gesto sirve como detonador de nuestras emociones y perdemos de vista el tema que queremos tratar.
DEMASIADA TENSIÓN O ENOJO.
No importa si nuestras emociones negativas son resultado del tema que se está tratando o no.
Si son demasiado intensas nos impiden hablar con claridad y escuchar con atención y respeto.
Experiencias pasadas, dolorosas, relacionadas con el intento de comunicarse.
Cuando hemos sido criticados, rechazados o ignorados o si, en el pasado, nuestros esfuerzos por aclarar los problemas fueron inútiles, no es difícil tener una actitud abierta ante una comunicación importante.
Recuerda que es necesario hacer el esfuerzo y estar conscientes de que es otro tiempo y que en este momento tenemos más herramientas y experiencia.
Además siempre podemos aprender.
El pasado no tiene porqué ser determinante de nuestro futuro.
MIEDO A EXPONERSE.
El temor al rechazo, la burla o a sentirnos vulnerables, puede impedir que nos comuniquemos con los demás.
Si nos dejamos vencer por este temor, dejamos los problemas sin resolver o nos alejamos emocionalmente de la gente que nos importa.
PENSAR QUE EL ESFUERZO NO VA A SERVIR DE NADA.
Esta actitud pesimista, puede servirnos de excusa para evitar el esfuerzo y disfrazar el temor a fallar.
Pero, a largo plazo, la pérdida es mucho mayor.
FALTA DE CLARIDAD PARA DETECTAR NUESTROS SENTIMIENTOS, PENSAMIENTOS Y DESEOS.
En ocasiones es difícil o doloroso mirar hacia nuestro interior, pero mientras más nos conocemos más probabilidades tenemos de lograr nuestras metas y deseos y obtener mayor bienestar y felicidad.
FALSO ORGULLO.
El falso orgullo busca dar la impresión de una seguridad, confianza, fuerza y reconocimiento de uno mismo, que en realidad no existe.
Está basado en el deseo de demostrarle al otro y a uno mismo que uno es mejor que los demás y que por lo tanto no podemos "perder nuestra dignidad".
Es un orgullo infantil basado en la creencia de que si cedo, reconozco mi error, pierdo, etc. significa que soy incapaz o menos valioso que los demás.
Generalmente el falso orgullo está basado en una imagen equivocada de uno mismo, construida para evitar sentirse inferior o inseguro.
¿QUÉ HACER?
Analiza los elementos mencionados.
¿Necesitas mejorar y desarrollar algunos?
¿Cuáles?
Todos podemos mejorar nuestra comunicación.
No importa en cuantos aspectos necesitamos trabajar.
Lo verdaderamente importante, no es lo que nos falta por lograr, sino aquello que vamos aprendiendo.
Nuestros esfuerzos no son sólo por el bien del otro. Es por nuestro propio bien.
Somos nosotros los que vivimos los resultados de nuestra conducta y de nuestra comunicación.
Revisa los artículos ideas y creencias y estilos de pensamiento, en donde encontrarás algunos hábitos de pensamiento que pueden estar influyendo en tu comunicación.
La guía para una mejor comunicación y problemas en la comunicación te proporcionan pautas importantes a seguir, para tener éxito.
Recuerda que la práctica y la paciencia son muy importantes.
No podemos cambiar algo que hemos hecho durante muchos años, en un momento.
El deseo de hacerlo es básico, pero para establecer un nuevo hábito necesitamos practicarlo muchas veces.
No te regañes cuando falles, simplemente reconoce que fue un error y sigue adelante.
(Psic. Silvia Russek)
Lic. En Psicología Clínica.
Maestría en Terapia de Pareja.
Tel. 044 55 1924 9863 (Ciudad de México).
e-mail: bienestar.e@gmail.com