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 46 – MEDITAR - MEDITACIONES



Junio 28, 2020, 06:41:14 am
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Desconectado Francisco de Sales

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46 – MEDITAR - MEDITACIONES
« en: Junio 28, 2020, 06:41:14 am »
CAPÍTULO  46 – MEDITAR - MEDITACIONES

Este es el capítulo 46 de un total de 82 -que se irán publicando- en los cuales se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL Y ESPIRITUAL.


“Orar es hablar con Dios; meditar es escuchar a Dios”.
(Anónimo)

“Meditar es silenciar nuestro yo para que se exprese nuestro Yo”.

“En el vacío de la meditación somos todos idénticos”.

“La fuerza que lleva al hombre a la meditación nace
 de su sufrimiento ante la ausencia de unidad total”.
(Dürkheim)

“Meditar es entrar en el silencio, entrar en tu Ser cruzando la mente.
Es encontrar las respuestas a través del Silencio interno, no a través de esa mente que procede del ego. No se trata de ponerse en contra de la mente,
 es saber que tras su umbral hay algo más”.
(Rajneesh)


“La meditación, según la wikipedia, es una práctica en la cual el individuo entrena la mente o induce un modo de conciencia, ya sea para conseguir algún beneficio específico como reconocer mentalmente un contenido sin sentirse identificado con ese contenido, o como un fin en sí misma.
El término meditación se refiere a un amplio espectro de prácticas que incluyen técnicas diseñadas para promover la relajación, construir energía interna o fuerza de vida (Qì, ki, chi, pr??a, etc.) y desarrollar compasión,  amor, paciencia, generosidad y perdón.
La meditación toma diferentes significados en diferentes contextos; ésta se ha practicado desde la antigüedad como un componente de numerosas religiones y creencias, pero la meditación no constituye una religión en sí misma. La meditación normalmente implica un esfuerzo interno para auto-regular la mente de alguna forma”.


Aunque la palabra meditar tiene más de un sentido, en esta ocasión me refiero a ese al que habitualmente la asociamos: ponerse en una postura adecuada, cerrar los ojos, relajarse y…
La meditación es un acto de recogimiento que, al principio, puede ser un poco duro.
Exige romper la costumbre de estar removiendo el pasado, de estar adelantándose al futuro, e implica encontrarse con experiencias de las que normalmente huimos.
Con ella se pretende, en principio, acceder a ese Punto de Quietud y Centramiento que se encuentra en cada persona, a ese punto donde reside la autenticidad, en el que no viven los condicionamientos.
Se llega a ese punto tras una relajación en la que se consiguen bajar los niveles de las ondas cerebrales y acceder al estado en el que se expresa la realidad, que no estará condicionada por las mentiras o los intereses que puedan añadir la confundida mente y el interesado consciente, que no actúan en ese nivel vibracional.
Se está consciente, pero no gobernado por el consciente.
La verdadera libertad en la práctica de la meditación proviene únicamente de la actitud de dejar pasar cualquier cosa que se presente, con independencia de lo dolorosa o maravillosa que sea.
Con la meditación no intentamos producir una experiencia fuera del cuerpo, sino conseguir tener una experiencia plena dentro del cuerpo.
La meditación es el instrumento de apertura al Ser Esencial.
El sentido de la meditación es el de un ejercicio iniciático. Iniciático se refiere a conocer una cosa secreta.
En este caso somos nosotros el secreto que podemos conocer a través de la meditación. Iremos descubriendo muchos de nuestros aspectos.

Es imprescindible estar convencidos de que en nuestro interior podemos encontrarnos con un aspecto divino que también somos nosotros y, por tanto, nos pertenece. O le pertenecemos. Tenemos que estar convencidos de que vamos a contactar con algo natural que al mismo tiempo es sobrenatural, y tenemos que estar preparados, no vaya a ser que el encuentro con ese aspecto inhabitual y bastante desconocido nos desconcierte y nos sobrepase.
Tenemos que estar predispuestos a encontrarnos con cualquier cosa que puede hacer que se desmorone nuestro acostumbrado y pequeño yo ante el encuentro con el Yo grande que somos, lo que puede llevarnos a abandonar o destruir al que ahora creemos ser para dejar que emerja el que realmente somos.
Hay que estar muy equilibrado antes de dar este paso.
En principio, es mejor que ambos convivan en armonía, cada uno en su sitio. Más adelante conseguiremos integrarlos.

Tenemos que tener cierta disciplina, la que nos impongamos, pero hemos de ser absolutamente respetuosos con su cumplimiento. De muy poco sirve una meditación aislada. Puede que nos haga gracia, que nos parezca curioso lo que hemos sentido o descubierto, que sea una anécdota para contar… pero su verdadera utilidad proviene de la insistencia y la repetición, para ahondar cada vez más con más facilidad y hasta niveles más profundos. Hemos de conseguir llegar al convencimiento de que nos es tan útil y enriquecedora, tan relajante y creadora, que acabe teniendo su propia autonomía que nos lleve inexorablemente a su repetición.

La meditación es algo más que simplemente una parte de la senda de la búsqueda y el autodescubrimiento. Tiene su utilidad y tiene sus limitaciones.
Dicen los que saben que es la acción en la inacción.


Al principio, se ha de seguir una especie de ceremonia: cierta postura, penumbra, velas, inciensos, quizás una música…
Más adelante aprenderemos que todo eso está bien, y se puede persistir en ello, pero debería ser, sobre todo, un entrenamiento para la auténtica meditación, que ha de ser continua a lo largo de todos los momentos de todos los días; en el trabajo, en la ducha, en el autobús, entre los ruidos y la gente.

Es un momento especial que uno se reserva para sí mismo, que se puede y debe retomar cada vez que se quiera, pero teniendo consciencia de no estar utilizándola como evasión de la realidad hacia un mundo imaginario y nada real.


POR SI NO LO SABES

En el Oriente, meditación –dhyan- no significa reflexión como ocurre en Occidente, sino acallar toda reflexión y pensamiento.

La meditación mejora el estado de ánimo, la fluidez verbal, la memoria y la rapidez de aprendizaje. Esto ya se sabía. Lo novedoso es que sólo hacen falta cuatro días de práctica para que se noten los efectos, según un trabajo de la Universidad de Carolina del Norte. Los tests que se hicieron a los participantes, tras meditar veinte minutos, demostraron que procesaban información hasta diez veces más deprisa que el resto.


DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL

Cuando la mente está en calma, todo está en calma.
Poner en orden tu interior es poner tu mundo en orden.
Si produces el vacío en tu interior, serás un recipiente que admitirá ser llenado de nuevas aguas.
En la meditación podrás comprender que eres parte inseparable de la totalidad.
La meditación es la vía más corta para contactar con el Ser, ya que en ella te desocupas del runrún cotidiano, y te centras acercándote a tu parte más espiritual.
La meditación debiera ser una actividad cotidiana merecida, para conectarte contigo, con el auténtico, con el real, ya que te pasas demasiado tiempo con el que está en el mundo, y muy poco con el que tienes que aprender a ser y manifestar.


SOLUCIONES O SUGERENCIAS

Esto que viene a continuación es de un autor desconocido para mí.
Te puede servir para iniciarte. Si te interesa la meditación, encontrarás información más amplia y precisa en algún otro sitio.

“Estar bien contigo conquistando tu paz interior, tener una mente clara y libre de preocupaciones, poder pensar con lucidez y dar a cada cosa la importancia que merece sin que te afecte más de lo que debe afectarte. ¿Un sueño? ¡No! La meditación convierte todo esto en una realidad.
Todas las personas tenemos nuestros conflictos, nuestros problemas y nuestra diaria carga de estrés. Somos presa fácil de la depresión y de la neurosis. Vivimos en un mundo tremendamente agitado y demandante, donde tenemos que funcionar a mil por hora y resolver un millón de cosas cada día. ¿Cómo no sentir a veces que no podemos más, que somos impotentes, que estamos en una especie de red de la que no podemos escapar? La respuesta se llama meditación, y es una verdadera llave que nos da acceso a nuestro mundo interior.
Quienes practican este antiguo arte de la meditación saben que es la clave por excelencia para lograr ayudarse. Utilizando tu propia mente y su poder de concentración, puedes lograr controlar tus pensamientos y devolver la tranquilidad a tu espíritu, beneficiando al mismo tiempo a todo tu cuerpo.
Para lograr eso, es necesario acallar la charla perpetua a la que nuestra mente nos somete. En efecto, ella te habla constantemente, a veces de cosas importantes, pero la mayoría del tiempo de cosas superfluas o de pensamientos negativos que te alteran. La mente humana tiene la extraña tendencia a volver una y otra vez sobre los problemas, y casi da por sentado las cosas buenas que existen en la vida de cada quién.
Si tienes problemas para concentrarte, puedes hacer unos sencillos ejercicios. Quizá te parezcan dificultosos en un principio, pero pronto aprenderás a concentrarte y lo harás cada vez mejor, hasta que puedas poner tu mente en blanco y en silencio, y entrar a un verdadero mundo de luz interior.
La meditación requiere de concentración, perseverancia y tiempo. Busca un momento un lugar tranquilo, busca un clima que favorezca la meditación, selecciona la luz, una música.... Respira y relájate. Trata de poner tu mente en blanco. Si viene algún pensamiento, bueno o malo, ordénale que se vaya. Una vez que tu mente esté en blanco permite que entren los pensamientos. Primero, los negativos. Hazlos desfilar uno por uno y ve disolviéndolos sin analizarlos. Después, haz lo mismo con los pensamientos positivos. Imagina ahora que te invade una sensación de paz; que ahí, en tu mundo interior, sientes seguridad y protección, y te cargas con tu propia energía.
Mucha gente se fabrica un lugar ideal e imaginario de descanso, como puede ser una playa, o una alfombra de suave hierba o incluso una nube cerca de las estrellas. Quédate ahí, escuchando la música, dejando que te envuelva sin pensar en nada más.

LOS BENEFICIOS FÍSICOS DE LA MEDITACIÓN.
Haz esto cada día, y pronto, muy pronto, te sentirás mejor, no sólo física, sino también emocional y psicológicamente. Habrás alcanzado ese añorado concepto que es la verdadera paz interior. El hecho de relajarte, de respirar lenta, rítmica y profundamente, y de controlar tus pensamientos y tus emociones a través de la meditación, hace maravillas por tu cuerpo, como:
1.   Disminuye el estrés.
2.   Elimina la ansiedad.
3.   Equilibra tu presión arterial.
4.   Alivia el dolor de cabeza, incluso la migraña.
5.   Elimina los trastornos digestivos producto del estrés, como la úlcera y la gastritis.
6.   Alivia la tensión y el dolor muscular.
7.   Atenúa el asma y la dificultad para respirar.
8.   Ayuda a conciliar el sueño. Aumenta tus niveles de energía.”

RESUMIENDO

La meditación debiera formar de tu vida, de un modo habitual y cotidiano. Es más importante que la mayoría de tus actividades de distracción repetidas, la más importante y la que más te puede engrandecer en tu Camino Personal y Espiritual. A lo largo del día no estás contigo, aunque creas que estás a todas horas. Estás con el que se ve, pero, como ya sabes, ese no eres el tú que debieras ser.

Francisco de Sales






 

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