EL SER HUMANO NO ES EL EGO
Al Ser Humano no le deben afectar las cosas del ego.
Es al personaje que estamos viviendo, y a su ego, a quienes afectan los inconvenientes que surgen, los objetivos que no se logran, las ilusiones que no llegan a buen fin.
El Ser Humano debe permanecer impasible porque sabe que lo que afecta a su ego no está relacionado con él.
Si se logra mantenerse inafectado por las circunstancias de la vida, es que se está instalado en el centro, en el Ser.
El ego, y el personaje, que se han creado un Yo Ideal, tienen expectativas que cumplir, las suyas o las de los otros, y cuando descubren que no se convierten en realidad, sienten decepción, sienten la responsabilidad heredada o impuesta de “lo que tenían que haber hecho o conseguido”, y entonces se sienten afectados, doloridos, entristecidos…
Para el Ser sólo es transcendental su evolución y su desarrollo, y reconoce que lo que pasa en la vida al cuerpo físico y a su mente son percances sin importancia histórica, y que lo único que logran es darle al personaje una credibilidad y una importancia que no tiene, y distraerle de su verdadero camino.
No sentirse afectado por los problemas, por los asuntos desagradables, no siempre es síntoma de indiferencia o “pasotismo”, sino que puede ser una demostración de saber desapegarse de lo que aparenta tener importancia pero no es importante.
(Basado en una idea de Antonio Blay)