ME GUSTARÍA CONOCERTE PERSONALMENTE.
En mi opinión, en mi sentimiento más personal y profundo, muy lejos de la mente y muy cerca del corazón, siento de verdad que me hubiera gustado conocerte personalmente.
Si estás leyendo esto, seas quien seas y donde quiera que estés, eres alguien que me parece interesante; en principio, porque tienes curiosidad y eso me gusta. Y si además sueles leer mis artículos es porque estás en un Camino de búsqueda y Desarrollo Personal. Después, o antes, me pareces interesante porque eres un Ser Humano. Esto último me está calando tan hondo que desde hace tiempo lo escribo con mayúscula.
Soy consciente de que me he pasado demasiado tiempo de mi vida en una posición que no ha sido egóica pero sí de desapego y desinterés por las personas en general, excepto quienes están en el círculo más íntimo de amigos –de verdad- y seres queridos –de verdad-.
No sé cuándo, no sé cómo, he empezado a sentirme más cerca de los otros, a interesarme por ellos, a ver su presente duro en algunos casos, a sentir su desesperación, a vivir la empatía como no lo había hecho antes; en realidad sí lo había hecho pero desde la mente y no desde el corazón. La compasión la siento ahora con pasión. Me duele el dolor ajeno, se me contagian sus lágrimas, naufrago en sus circunstancias, me involucro en su misma desesperación. Me sorprendo de amar a desconocidos solamente por el hecho de Ser Humanos.
En las redes sociales veo fotos de personas que me parece que tienen que ser muy interesantes: por sus sonrisas, por la profundidad de sus miradas, por su soltura o su “locura” cuando se han hecho la foto, por la vida que desprenden o por la seriedad en la que se refugian. Son personas con las que tendríamos muchas cosas de las que hablar, con las que compartir la complicidad de las confidencias, compartir lágrimas y carcajadas, canjear uno de sus abrazos a cambio de otro mío inmenso, intercambiar compartimentos de esos que guardamos en lo más oculto, desmenuzar el alma, tomarnos un café y otro y otro…
Veo personas a las que me hubiera gustado ver a mi lado todos los días al despertarme, y otras cuya dulzura se les escapa por la mirada, y otras que dices “¡qué buena amiga tiene que ser!”, y otras a las que les ruego en silencio “llévame contigo, llévame a ese sitio donde te has hecho esa foto, enséñame a vivir como tú sabes”, y también veo otras que llevan el dolor incrustado en todo el cuerpo y desprenden dolor. La vida se nos acaba y jamás lo abarcaremos todo, no nos llevaremos el abrazo de todos, no llegaremos a todos los sitios. El mundo se nos queda demasiado grande.
Las veo y pienso “¡cuántas vidas tan distintas, cuántas circunstancias más dispares!”. Me duele, de verdad, no poder conocer a todos, no compartir con todos, que esté compartiendo mundo y época con otros perfectos desconocidos que posiblemente se vayan de aquí con la misma sensación…
Escribo lo que siento. Tú lees ahora algo que yo escribí en otro momento. Lector y escritor… no nos conocemos. Pero me hubiera gustado conocerte. Sería muy interesante que todos nos conociésemos más.
Te dejo con tus reflexiones…