NO ME OLVIDÉ DE VIVIR.
Hay una condición antes de leer este artículo, y es que tienes que empezar por ver un vídeo de Julio Iglesias –aunque él no te guste mucho…- y leer la letra de la canción –aunque no todo te diga mucho…-
http://www.youtube.com/watch?v=9OZtja97SsYHay otra condición antes de seguir, y es que te quedes todo el tiempo que te apetezca atendiendo a lo que te haya producido la letra de la canción.
O sea, que escribas tú solito en tu cabeza este artículo.
En realidad, no es tan importante la letra de la canción como el hecho de que te pongas a pensar o sentir si tú te ves reflejado en esa frase, o si pudieras adoptarla como tuya propia.
Si estás leyendo, estás con vida. Estás a tiempo de no añadir más años olvidados de vivir.
Vivir es una tarea a jornada completa, y una responsabilidad propia e inexcusable.
Es un error no vivir conscientemente.
Es un derroche imperdonable –o casi imperdonable- malgastar la vida de un modo consciente.
Si uno decide libre y conscientemente que quiere hacer “nada”, o que no le quiere aportar ningún sentido concreto a su vida más allá de dejar que los días pasen del mejor modo posible, está bien.
Está bien si después no se pone a pensar que la vida no vale nada –la vida sí vale, es ese uno quien no la valora o no le pone momentos de valor-, que la vida es una mierda –no es cierto: es ese uno quien la llena de mierda- o que la vida es una tragedia –no es cierto: es ese uno quien la ha llevado a la tragedia o quien no hace lo suficiente para salir de ese estado y ponerle luz y un aire nuevo-.
Se vive todos los días, a cada hora, en cada segundo.
Vivir es un regalo del Creador.
La vida es un premio, aunque tenga fecha de caducidad.
Vivir es algo más que levantarse, comer, estar, ir, acostarse.
Vivir es tocarse y darse cuenta de que uno es uno, mirarse al espejo y poder decir “ese -o esa- soy yo”, escucharse en la risa, perseguir los escalofríos, darse cuenta de las emociones e implicarse al cien por cien en ellas, amar, abrazar, sentirse orgulloso de verse una sonrisa, reír mientras apetece llorar por la alegría de poder reír, desprenderse amigablemente de alguna lágrima, añorar sin desconsuelo, recordar sin desdicha, tocar el presente con los dedos mágicos de la conciencia mientras uno se da cuenta: estoy aquí, respiro, pienso, siento… ¡¡vivo!!
